En el sector agroindustrial, colaborar con cooperativas agrícolas a través de la agricultura contractual y establecer asociaciones de investigación para mejorar la calidad de las semillas son estrategias clave. Estas prácticas ayudan a estabilizar las cadenas de suministro, mejorar la calidad de los cultivos y fomentar un crecimiento sostenible. Al combinar la agricultura contractual con las colaboraciones con institutos de investigación agrícola, ya sean públicos o privados, las empresas pueden enfrentar los desafíos del suministro, el control de calidad y la resiliencia de los cultivos.