La agricultura sigue siendo el pilar económico de millones de personas en los países en desarrollo, aunque los pequeños productores deben hacer frente a desafíos como el acceso restringido a la tecnología, la inestabilidad climática y la marginación de los circuitos de mercado. Frente a estos retos, alianzas innovadoras que unen a gobiernos, instituciones de investigación, organizaciones no gubernamentales y el sector privado están provocando una auténtica revolución. Con ejemplos concretos del Sudeste Asiático, África y otras regiones, este artículo presenta modelos operativos que combinan investigación de vanguardia y colaboración estrecha para mejorar la productividad, la sostenibilidad y la equidad. En un contexto marcado por crisis climáticas y crecimiento demográfico, la adopción de estas alianzas se revela no solo como ventajosa, sino absolutamente imprescindible.